Weleda - en armonía con el ser humano y la naturaleza.

marina

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Nos hemos dado cuenta en los últimos tiempos, que estamos rodeados de mucha contaminación química, acústica, residuos sin reciclar. Sin darnos cuenta y con las prisas, cometemos errores básicos en la alimentación e higiene. No tenemos tiempo de parar y pensar. Por eso me gustaría recordar algunos temas que nos afecta a todos.

Por ejemplo, el cuidado de la piel.

Muchos saben que ciertas pomadas, como los corticoides tópicos tienen efectos dañinos sobre el cutis, cuando su uso es irrazonable. Sin embargo, usamos la cosmética para cuidar el rostro y pocos de nosotros nos hemos preguntado si la crema aplicada, a través de su absorción, nos podría hacer daño o no?

Parece que últimamente estamos mas consientes que lo natural, lo menos elaborado, menos perfumado, menos colorido, a veces puede ser más sano.

Tuve la suerte de descubrir hace unos años la cosmética Weleda y hasta hoy se encuentra en mis cajones que abro a diario.

Este año hice una visita a Suiza. Conocí el entorno natural y el hospital donde empezó todo.

Un laboratorio, un jardín de plantas medicinales y un hospital: así comenzó la historia de Weleda en 1921, con la implicación de una doctora, un filósofo y un químico.

Sus cosméticos tienen como objetivo cuidar la piel desde un enfoque holístico. Importa el componente social y el ecológico. Esto significa tener presente el bienestar, la pureza de la naturaleza, garantizando el mejor cuidado de la zona, y la responsabilidad de las personas implicadas. Esta sensación se respira en aquel ambiente.

Hoy son la segunda mejor marca de cosméticos de Alemania y gozan del título Swiss Ethics Award 2016.

“Somos parte de la naturaleza y la naturaleza es un maravilloso modelo para seguir” – ha sido su inspiración durante 100 años de su historia, que ha elaborado el presente, siempre cuidando el futuro.
 
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